Por André Jouffé
Esta claro que Gaza se convertiria en el estado 51 de USA según los planes de Trump.
Como nada es gratis y el presidente norteamericano promete la redconstruccion del lugar de 300 kilometros cuadrados, habitado por 300 mil locales y 1.900.000 palestinos , a cambio será una base militar estratégicva enclavada en Medio Oriente, lo cual no le viene nada de mal al imperialismo yanqui.
Los afanes de apropiarse de Groenlandia son más complicados por ahora que distribuir a los palestinos en los países vecinos. Ya Jornadia en primer lugar y El Libano, tienen a más del 50 por ciento de la poblacvion palestina cobijada en sus países.
Para Netanhayu resultó bastante barata la solución ya que se ahorrará gastar en defensa si es que Hamas no dispara desde otros lugares.
La organziacion palestina ha advertido que la tregua no es indefinida y sólo durará hasta el término de la clausla intercambiko de rehenes.
Por otra parte Guantanamo estara superpoblado con 30 mil prisioneros-indocumentados, Bukele en El Salvador, recibirá créditos sin discreción por su entusiasmo en colaborar y Milei carta blanca para seguir postergando ppagos a los entes internacionales.
Cuando Ingklaterra en 1946, distribuyó a su capricho la dependencia de los países en Medio Oriente, nadie elevó la voz, ahora Trump dspone con más eficiencia y dureza que los británicos.
A Zelenski tampoco le será gratuita la ayuda norteamericana. Trump ha señalado su interés en la adquisición de “tierras raras” que denomina en territorio ucraniano y esa “rareza” esconde riquezas no explotadas.
Y así en dos semanas, va imponiendo el rigor del imperialismo de una forma prevista pero no imaginable.
Chile mientras tanto observa, mientras México con Claudia Scheinbaum aplica una estrategia diplomatica para no sacar fuego de la boca del dragon. Ha sido una Jefa de Estado sorpresa, porque incluso ha sabido manejar las relaciones con discreción con sus ancestros judíos.
En consecuencia, el día a dia nos depara en esta primera etapa, un expansionismo terriotirial y un encoimiento hacia el exterior de tipo económico con aranceles que están en la licuadora en estos momentos dispuestos a dar el jugo que le convenga a los Estados Unidos.