Por André Jouffe
Sorpresa ha causado entre quienes ignoran el método operativo de las AFP, los problemas de pago que, por ejemplo, ha asumido Modelo.
Dirigida por la familia Coeymans, contaba hasta comienzos de este año con más de un millón doscientos mil de afiliados.
Si el diez por ciento del sueldo que cotiza cada trabajador, va destinado a la AFP y multiplicáramos esto por un promedio de 700 mil pesos de ingreso por persona, saque las cuentas al multiplicar setenta mil pesos por 1.200.000.
Estamos hablando de miles de millones.
Ahora bien, existen otras AFP que no alcanzan a la cuarta parte de cotizantes. En estos casos el problema es más agudo.
En primer lugar, la plana superior-gerentes, directorio, ejecutivos “A”, perciben cerca de cien millones de pesos mensuales en materia de sueldos, honorarios, gastos de representación y otros subterfugios.
Con cifras proporcionadas por un funcionario de Cuprum, el resto del personal gana entre el mínimo y ochocientos mil pesos y los comisionistas, según la colocación del producto.
Como las AFP viven absolutamente del cotizante pues carecen de otro material vendible (excepción sea hecha de los seguros y las escasas cuentas paralelas), los gastos mensuales operativos son enormes.
Si una AFP con cien mil cotizantes, y gastos fijos de treinta millones en materia de sueldos, arriendo de locales y costos también operativos, es lógico que carezca de una semana a otra de setenta millones de pesos en efectivo y pueda simultáneamente mantener los gastos mensuales que genera en forma automática.
El dinero del cotizante al ser reinvertido, sufre una merma en el global que invirtió la AFP en el mercado interno o externo.
Este descuento será visible en breve. En el intertanto su “cobre” obligadamente invertido en “el modelo”, continuará navegando bajo una línea de flotación cuyo nivel normal no se percibe, según el propio Bill Gates, hasta fines del año 2022.
Y mientras tanto, ¿qué?
Por lo menos ahora sabe las razones por las cuales las fabulosas creaciones del sistema llamadas AFP están jugando a una suerte de raspado de la olla para depositarle ese volador de luces que es el 10 por ciento; efímero como un rayo.