Mutantes

Por Luis Casado

Cuando observo lo que sucede, las imágenes se me atropellan en el lóbulo varietal.
¿Recuerdas a Henri Laborit, célebre etólogo que describió la lucha de los seres vivos por la supervivencia? Desde el ser unicelular, hasta Piñera, –que es unineuronal, de acuerdo, pero un poquillo más complejo que las amebas–, el ser vivo, para sobrevivir, debe dominar su entorno.
Laborit agrega, “y dominar a los otros seres vivos que se lo disputan”. Su tesis la resumió en un célebre aforismo: “La única razón del ser es ser.”
La confrontación del pensamiento de Hobbes (‘el hombre es el lobo del hombre’) con el de Rousseau (‘el hombre por naturaleza es bueno, pero la sociedad lo corrompe’) sale sobrando. El capitalista explota al personal y se enriquece con voracidad y en plena amoralidad no porque es malo, sino porque si no lo hace desaparece. Su única razón de ser es ser. O como lo puso Spinoza, se inclina ante su conatus, su tendencia a seguir siendo lo que es.
Émile Zola lo tenía claro: por eso escribió “El dinero que para ti gana el prójimo es el que más engrasa…” (Germinal, II Parte, Cap. 1º).
En esa estamos. Me explico. Un rosario de crisis económicas, acompañadas de desastres varios –epidemias, pandemias, terremotos, maremotos, inundaciones, sequías, guerras, migraciones, contaminaciones, accidentes nucleares y otras catástrofes tan o más divertidas–, hacen que el llamado Orden Mundial se haya desajustado de manera recurrente. Esto significa, en la práctica, que los organismos vivos, y por ende las estructuras dominantes, deben adaptarse para seguir dominando, so pena de desaparecer.
Lo mismo hacen los virus y las bacterias. El jodido SARS-CoV que nos tiene a la defensiva, muta cuando le atacan la proteína Spike (que le sirve para infectarnos) en modo tal de seguir colonizándonos. A lo largo de millones de años virus y bacterias han luchado y luchan contra otros seres vivos para dominarlos.
Alexander Fleming no inventó la penicilina. Descubrió que ciertos hongos –mohos del genero Penicillium– habían sintetizado una toxina para defenderse de las bacterias, y que esa toxina era inofensiva para los seres humanos. Las bacterias contraatacaron mutando, lo que obliga a los científicos a desarrollar permanentemente otros biocidas o antibióticos. Lo mismo ocurre con el virus de la gripe común: por eso te tienes que vacunar cada año: el virus muta.
El capitalismo y los capitalistas hacen lo mismo. Durante 40 años impusieron el llamado neoliberalismo, excluyendo hasta la simple idea de una forma distinta de organizar las relaciones entre los seres humanos. Enfrentados a la pandemia, se limpian el culo con sus dogmas, y utilizan lo que les cae bajo la mano para sostener su rigurosa dominación, haciendo incluso lo contrario de lo que predicaban hasta ahora.
Hasta ayer los déficits y la deuda pública eran caca. Ahora, hay “…un nuevo respeto para con la teoría económica Keynesiana. Prácticamente todos los ministros de Finanzas están de acuerdo en que los déficits contribuyen al crecimiento.”
Los monetaristas sufrían erisipela cada vez que se emitía moneda: hoy hacen como Rico McPato: se zambullen en las emisiones de la FED y el BCE. ¿Y la inflación? Desapareció en combate. Missing in action… que le llaman.
Hace unos días te contaba que una veintena de privilegiados vio aumentar sus fortunas en 700 mil millones de dólares –en un año– gracias a la crisis sanitaria.
Al mismo tiempo, las empresas privadas francesas no financieras aumentaron su endeudamiento a casi dos billones de euros, mediante créditos con garantía del Estado. Si tales empresas obtuviesen un ROI (return on investment) neto del 5% anual y lo consagrasen enteramente al rembolso de sus deudas, necesitarían 20 años sin considerar ni los intereses, ni los dividendos de sus accionistas. Lo mismo ocurre en EEUU, Alemania, España, Italia, etc.
El endeudamiento de las empresas privadas alcanza cifras astronómicas gracias a los créditos con garantía de los Estados. El endeudamiento de los Estados, a su vez, inquieta hasta a los irresponsables del FMI. Los hogares se endeudan que es un primor. Ergo, la deuda agregada –que representa varias veces el PIB planetario– es impagable, a menos que la Humanidad viva un siglo dedicada solo a eso. ¡Brillante panorama!
En medio de este mambo –estas cosas no se inventan– recibimos una noticia que reconforta: “A pesar de la crisis, 15 patrones de hedge funds vieron crecer sus fortunas en 23 mil 200 millones de dólares en el año 2020”.
Hedge funds, o sea especuladores de la peor especie. Según la agencia Bloomberg, en el año 2020 ganaron US$ 11 mil millones más que en el 2019. Hasta un pibe de la escuela primaria puede calcular que sus ingresos crecen a un ritmo que supera el 48 % anual. ¿De cuanto fue tu último pijotero aumento? Forbes sostiene que “La fortuna de los 25 principales patrones de hedge funds alcanza la modesta suma de 200 mil millones de dólares…” ¡Alabao!
Dicho sea de paso, según una encuesta reciente, “un 64% de estadounidenses estima que los mercados bursátiles están manipulados a favor de los poderosos y en detrimento de los particulares”, lo que prueba que los yanquis no son tan boludos. Y que los corredores de Bolsa conocen su oficio.
Razón que tal vez explica el fenómeno Reddit: comunidades de Internet basadas en los intereses de quienes las forman. Por ahí se formó una que reúne a especuladores caseros, gente que compra y vende acciones sin pasar por los circuitos habituales. De ese modo evitan pagarle comisiones a corredores, brokers, bancos y otros compraventeros. Al mismo tiempo definen su propia estrategia de especulación, contrariando a los hedge funds, filibusteros del rubro.
La cosa comenzó con las empresas GameStop Corp. y AMC Entertainment Holdings Inc., contra las acciones de las cuales los hedge funds apostaron a la baja (en realidad se conciertan para vender esas acciones a plazo, lo que provoca la baja). En pocos días la comunidad Reddit compró todas las acciones desatando un alza que llevó a las nubes las acciones de las mencionadas empresas: los hedge funds perdieron hasta la camisa.
Las acciones de GameStop comenzaron el año en 18 dólares, y el 27 de enero ya estaban en US$ 347,51. Los hedge funds, que apostaron a la baja, tuvieron que comprar esas acciones a precio de oro para cumplir con sus compromisos. Versión moderna del burlador burlado.
Este es otro ejemplo de adaptación para sobrevivir dominando su entorno y a los posibles rivales del entorno.
Desde luego no hay que tragarse eso de los abuelitos rebeldes que especulan desde su sillón: en estas maniobras intervinieron grandes especuladores que amplificaron el movimiento a niveles nunca vistos. A tal punto que la SEC (securities and exchange commission) lanzó una investigación por presunto dolo y uso de información privilegiada.
Lo que llama la atención es que, a la escala histórica, los mutantes aparecen con la velocidad del rayo. No obstante, que este movimiento especulativo –supuestamente democrático y masivo– pueda destronar a la comunidad financiera está por verse.
Lo cierto es que los parámetros del Orden Mundial siguen cambiando a un ritmo desenfrenado, mientras la clase política parasitaria continúa debatiendo sobre el sexo de los ángeles. La pandemia, que vino a agudizar la asombrosa variedad de crisis preexistentes, y a favorecer la eclosión de otras nuevas, ha servido de revelador de los desequilibrios, injusticias, delicuescencias, pudriciones e insensateces sobre los cuales se construyó el mundo de ayer.
Si Henri Laborit está en lo cierto, la lucha de los seres vivos por la dominación de su entorno, y por la dominación de quienes les disputan el entorno, continuará con más intensidad.
Aquellos que concentran la riqueza y el poder llevan todas las de ganar. Eso quiso decir el milmillonario Warren Buffet cuando declaró: “La lucha de clases existe, y la estamos ganando los ricos.”
Pero tú, no te inquietes. Puede que Sebastião Salgado tuviese razón. Salgado sostenía que “La verdadera inteligencia del ser humano es su capacidad de adaptación. Los hombres se adaptan a todo, incluso a lo peor”.
¡Ten cuidado con tus vértebras dorsales!

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