Por Mariano Sierra
Un genocidio de la historia, de la civilización, de la política y la sociedad lleva a la humanización a suplir en los universales mínimos y máximos la discordia humana, en medio de pensamientos grotescos que han cabalgado en el tiempo de la degradación social, diseñando corrupciones, malversaciones que han penetrado en la sociedad, corroyendo sin límites conciencias que la razón no entiende. El hombre piensa, actúa, se debate con el deseo de sus apetencias, sus pasiones incontrolables y bajo instintos que perfilan su arcaico devenir, donde emergen fósiles políticos y sociales de muchas especies, para destruirnos en el todo cósmico llenando los corazones de odio, de venganza, de muerte.
En medio de una sociedad desafiante, dentro de su apático ser, circundada por una aureola de maldad, de una política corrupta y un hombre carente de sensibilidad humana, el arte de humanizar es el cambio para construir nuevas formas de vida. Humanizar la vida y el actuar del hombre en sus distintos actos laborales, le dan al mundo una relación inter que focaliza verdaderos propósitos en el existir. Todo el humanizar existencial es un llegar a conquistar el alma humana, humanizando el sentir engrandecido por la humanización del mayor umbral, el amor.
Es tal el revuelo por desatar tantos agudos discursos fatalistas engañosos que desestabilizan el orden, que por doquier se avizoran voces inquietantes cada una profiriendo debates. Desconocer la perversidad no tiene límites y mientras no nos humanicemos la vida seguirá siendo un incierto. La teología nos enseña que Jesús no compite contra la humanidad. Lo que corrompe la humanidad es el pecado, ese pecado social que destruye el orden, los principios y los ideales. Jesús se introdujo en el mundo para enseñarnos a humanizarlo dejándonos unas bases dimensionales para aprender a vivir.
Hablar de humanismo nos lleva a destacar su perfección como concepto supremo del mundo. Jesús convierte en un haber humanista, infinito de la naturaleza humana. Jesús habla y nos enseña sobre la acción humana como la práctica del magisterio de los evangelios cuando paso por el mundo cultivando la esencia del valor del amor con respeto y amistad, como propuesta de vida. Jesús entro en la historia como Dios-Hombre, mostrando el gobierno social y el personal, para exaltar el contenido de liberación, y como debe ser el sentir de un gobernante que ama su pueblo. Y en la misma línea el mensaje aplica a quienes desde instituciones de gobierno ejercen sus oficios de legislar y hacer justicia, y a otros, sin utopías, a consolidar con nuestra solidaridad el proyecto vida.
Cómodos fanfarrones, son aquellos políticos que carecen de humanismo, pues nunca lo han sentido ya que su apostasía les inhibe tener ideales, y que hoy quieren seguir legislando con arbitrariedad. La antropomania no está a sus alcances, viven de pretextos, pues están descerebrados para cualquier gestión de pensar o gestionar. Humanizar, no es estar porque si en un oficio, ella se introduce en el más profundo de los fueros para como sujetos tener la conciencia de estar luchando por su comunidad, fortaleciendo la existencia del pueblo, desencadenando praxis de gestión sin evadir la realidad, ni la memoria histórica. El odio ciega la justicia mientras que el tiempo perdona, pero no olvida. La humanización desvía lo falso, aclara las contradicciones, desnuda la vida aclarando los interfugios, y también busca cambiar, reaccionando con actos de grandeza patriótica.
La conversión humanista implica la búsqueda existencial, esto es, abrirnos a la entrega del desposeído, a revisar la causa que le han negado. Humanizar no es solo salvar la vida física, sino interactuar en su interior con frenesí. En América Latina se desbordan los fracasos que ponen cerrojo al futuro, y en esta medida buscamos encontrar la unidad social para edificar una estructura país- mundo en medio de la hecatombe que frena todo futuro catastrófico. Por ello debemos escribir para todos para que entre todos edifiquemos nuestra propia humanística. Buscar crecer lo humano, es estar al frente de las vanguardias humanistas anarquistas, creadoras de la no violencia, que se entreveran con sus afines de una nueva visión humana, para que la verdad impere contra los desalojos sociales y políticos obstructores de paz y desarrollo con justicia social.
La vida humana como la vida natural cada día se desvaloriza, se deshumaniza. son muchos los que buscan su protección, su ponderamiento. El tiempo y el espacio como sus finitudes hacen omisión a su formación. Nunca debe estar en el olvido ni en el vació, su actividad debe ser respetada y valorada con reformas. La palabra, las voces y sus reclamos para dignificar los atributos deben tener respuesta inmediata, no póstumas, Todos somos parte del devenir histórico, y en ese umbral, es un deber institucional no dejar en el olvido su legitimación.
La naturaleza nos fue dada para que la transfórmenos, no que la destrocemos ni la deshumanicemos. Hoy sufrimos una desgracia al hacerle culto a la inteligencia artificial, que es destructiva en vez de desarrollo, mientras la dignidad está en decadencia, viviendo la ruindad humanista y sacrílega. No atacamos la tecnología, pero si el uso, que lleva implícita la violencia, el control, la pérdida de valores, la violación de intimidad y el desplazamiento laboral.
Ante tan lamentable y dolorosa sucesión del manejo del desarrollo humano, que bien nos cae una voz lacónica, desesperanzadora… Jugué mi corazón al azar y me lo gano la violencia… El paso del tiempo no se ha perdido, el proceso humano lleno de fe esperanza, aunque siga inconcluso, su tarea no es inútil. La fuerza del amor esta incólume y no podrá ser derrotada.
Les confieso que lo único que encuentro humanizado es la naturaleza con todo su poseer sintiente, Ella habla a su manera, nos da vida y vida es amor, nos da ejemplo de reproducción, realización, actividad articulativa, otra cosa es que el hombre la mira como una cosa que se comercializa y se mata para crear una catástrofe pública con ciertos beneficios. Repitámoslo hasta el cansancio, la naturaleza, es de la esencia humana. Para Spinoza, ella era su Dios, su universalidad consentida, en ella veía a Dios siempre. Amorosa, limpia de transgresiones universales. dispuesta a darse sin contraprestación a quienes la buscaren. A Einstein le preguntaron una vez, que en que Dios creía, y el respondió… En el Dios de Spinoza….
Perdemos el tiempo, cuando en continuos foros países derrorchistas dicen que habrá una acción para su protección, pero eso son meras ficciones, meras interpretaciones y deseos vulgares. A contrario sensu aprendamos de nuestros hermanos ancestrales acerca de su amor a quien le dan vida, Su humilde pedagogía y formación está por encima de todos los órganos urbanos, disque cultos, que lo único que hacen es crear espejismos de apoyo, deseos engañosos, ante la muerte terminal a que la tenemos postrada.
La avaricia, la envidia, la ambición sigue apoderándose de todo, en medio de sus patologías que sume a la sociedad, abrumándola en un cansancio ético provocando el desencanto humano con su apatía mental formando un entramado de ideologías perturbadoras que reprimen todo cambio. La mortalidad de los sentimientos y las heridas en el pueblo no se han cerrado, el desangre producido por las sanguijuelas humanas, perforan los anhelos y sobre todo el vivir el contacto amoroso del mundo. Schopenhauer retrato este escenario diciéndonos que…Si un Dios hizo al mundo, yo no quisiera ser ese Dios. La misión del mundo me desgarra el corazón….
Es un deber de cada uno de nosotros, llevar en su corazón y en su interior un lema de amor humano contra los más execrables absurdos que vulneran el valor de la vida, el valor de pensar, el valor de defender el trabajo para que no perdamos esa fuente que dignifique al hombre. Y es que el mantener la realización de los actos corruptos, significa que somos proclives a tales oprobios como quien dice que la ocasión hace al ladrón. La maldad se hizo costumbre, se convirtió en un habito de la condición humana.
El mundo sórdido perdió la capacidad para encontrar el sentir humanístico. la fuerza de la existencia sin humanidad hace imposible un mundo solidario, un mundo de actividad productiva, eso sería como movernos en tierras movedizas, sin asidero, sin solidez ni rendimiento. Purificar la política y tantos otros entornos, se hace imperativo para una lucha frontal contra los especímenes cacocraticos que coartan las reacciones de existir. Todo vacío social se torna apocalíptico, porque nuestro mundo no tiene conciencia propia, el fetichismo confunde la verdad. Pues no hay ideales ni propósitos que nos asegure una convivencia, contrario es construir ficciones de satisfacción, violando la verdad-
Pero la vida siempre tiene respuestas a las problemáticas de la existencia. La autofagia, permite regenerarnos de aquellos descontroles internos, sociales y políticos, aun en medio de oleajes que nos esté llevando al interior de los caos. Nadie respeta las instituciones porque ellas mismas no generan confianza a la comunidad, y esta actitud es un irrespeto de dichos órganos contra la comunidad. En la vida no hay ocasos cuando la lucha se enfrenta a los destinos entrópicos, esto es, contra los desórdenes que dan origen a actos delictivos. Reaccionemos. Respetemos nuestros derechos y deberes. Así todos realzamos el valor de humanizar y humanizarnos.
La grandeza humanista viene de la historia humana. Muchos pensadores han fincado su sentido en la mente de grandes hombres. Hay un episodio que es de mérito señalar. Un historiador quiso conocer el pensar de Bolívar. Le preguntaron a Bolívar que diera los nombres de los tres más grandes majaderos de la historia, atendiendo su espíritu, y contesto…Jesucristo, El Quijote y Yo…. La grandeza de estos seres se debió a los ejes que orientaron su naturaleza y los llevaron a los más altos umbrales, en su paso por este mundo. Buen ejemplo para que lo asumamos con valor.
El mundo vive deshumanizando la libertad, la democracia y todo ordenamiento social y político. Prueba de ello está la actitud contra los migrantes, los desplazados, los bloqueos a personas y países, los exilios, los condenados sin juicio Todo esto es un ataque a la dignidad humana y a sus atributos, a lo cual se suma la miserable acción que llevan a cabo los opositores políticos, los medios de información, los partidos políticos y muchos otros miembros institucionales. Solo el existir hace posible la vida humana, solo que hoy el escenario es de violencia sin límites, lo que nos permite señalar que estamos conviviendo con el enemigo y no con el compañero contradictor respetuoso, honesto y leal. Estos espurios de los partidos, son el legado de aquellos cesares de la decadencia romana que llevan en sus atuendos el puñal traicionero y en sus mentes la entropía y el conjuro para destrozar el orden.
Quien lucha y trabaja para el cambio está comprometido con la sociedad. El hombre es lo que hace no lo que deshace irracionalmente. El humanismo detesta la mala fe, la mala actuación. Crear comunidad, vivir en comunidad es la mayor practica de convivencia. Sartre llama a todo donde hay respeto, defensa de los valores, humanismo existencialista y agrega que … el humanismo no pretende llevar al hombre al desastre…. Las sombras de duda y violencia aparecen como monstruos inquisidores en medio de una sociedad que agobiada requiere una nueva forma de vida, pero por otro lado grupos de detractores corruptos se anteponen con hordas de saqueadores de principios, a hacer trizas la gestión social, sin pensar, porque no piensan, que es el pueblo el que les provee suntuosos salarios y prebendas. Así paga el diablo a quien bien le sirve, dice el refrán.
. Con voluntad y querencia podemos parar este magnicidio. La torre de Babel de la incomprensión no puede ascender más. El amor habla como el lenguaje más penetrante en el corazón del hombre, pero somos más sordos que el que no quiere oír. Estamos haciendo del mundo un diluvio universal, donde corre la muerte, el desamor y el odio. Los hogares son fuente del delito, hemos desalojado el amor familiar para anteponer el odio, la desunión, los vicios morales, la destrucción de la familia, y aquí ya tocamos fondo. Que nos queda ¿ Lo sabemos, pero no hacemos nada, pues parece que ya perdimos el rumbo y vamos rumbo al infinito desastre?
Cuando el hombre se humaniza adquiere un carácter de ser para asumir compromisos, donde su personalismo debe rebelarse contra quienes violan derechos y contra quienes coaptan desconociendo los principios y valores. Es el capitalismo económico, cultural, político y social que con sus dominios y enclaves perversos criminaliza el orden social haciendo uso de oscuras artimañas. Entendiendo el pasado y el presente, como funesto, fallido, fatal, farragoso, falaz y fobo.
Nuestra historia ha sido formada por muchos discursos coloniales, independentistas, republicanos y literarios, Cada periodo histórico ha hecho prácticas de procesos humanos con sus vertientes non santas, sobre todo en el deterioro sociopolítico. El nuevo enforque de otra parte edifica identidades con una cultura propia del régimen imperio- capitalista. Donde nunca han brillado expresiones humanistas, solo un valle de lágrimas violento, dónde la muerte es la ley para destruir la vida de un pueblo. Que ironía la política de hoy a cargo de bandas dionisiacas, reaccionarias e impúdicas,
El estancamiento que se viene dando en el país, marca un retroceso social, donde no se han previsto ideas ni nuevos programas de desarrollo. La corrupción es el mayor referente en cada escenario, de allí las crisis sucesivas en la historia de la nación. Este panorama fue el detonante para que se pensara en un verdadero cambio, hacia la construcción de una nueva Colombia. Pero haciéndolo no sobre lo construido que equivale a mantener el mismo estado de cosas, sino bajo el concepto nuevo de anarquía humanista, solidaria, sin violencia, con la base del amor social del pueblo.