La entrevista de Putin. Una mirada somera

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Es absolutamente normal que los jefes de Estado y gobierno o los líderes políticos, concedan entrevistas a los medios de comunicación. Todos lo hacen. Es parte de la gestión: comunicar y comunicarse con la opinión pública para dar a conocer sus ideas, propuestas y planes.

Se suele hablar de las características del entrevistado, pero mucho menos del entrevistador. Siempre he pensado que un careo de este tipo es como una batalla en que cada parte intenta llevar a la otra a su escenario, a su espacio y a colmar los intereses que cada cual tiene y que muchas veces difieren. Es válido saber también que no hay buenas respuestas si no hay buenas preguntas.  Un entrevistado se “inspira” cuando tiene frente a sí, un “adversario” de calidad.

Tucker Carlson es un periodista de la extrema derecha estadounidense, trabajó durante muchos años en la cadena Fox News. Se dice incluso que -en el contexto electoral actual de Estados Unidos- podría ser el compañero de fórmula de Donald Trump. Como periodista, Carlson ha entrevistado a algunos de los más conspicuos líderes de la extrema derecha mundial como el propio Donald Trump, Jair Bolsonaro, Víktor Orbán y Javier Milei, entre otros.

El hombre tiene un nicho de teleaudiencia asegurada entre los seguidores de las ideas más retrógradas de Estados Unidos y de todo el mundo. Pero también es un comerciante con olfato que sabe que las noticias son una buena mercancía, siempre que se sepan vender en los espacios que concede esa farsa que se denomina “libertad de expresión” que a veces es violentada cuando choca con los parámetros sacrosantos de la ley de la oferta y la demanda. 

En ese contexto, Carlson percibió que había una demanda en Estados Unidos y en el mundo por conocer las ideas y el pensamiento del presidente Vladimir Putin y como buen comerciante de noticias, él se propuso hacer una oferta. Aunque acostumbrado a millonarias audiencias de sus entrevistas y programas, jamás imaginó el impacto que iba a tener su conversación con el presidente ruso. Los argumentos que justificaron sus deseos de hacer la entrevista, desnudan por sí mismos la falsedad de las tales “libertad de prensa y de expresión”.

Al referirse a la voladura del gasoducto Nord Stream, el presidente Putin negó la autoría de Rusia de este hecho terrorista y, al contrario, afirmó que fue la CIA estadounidense quien lo hizo. Carlson, no sé si con ingenuidad o mala fe, le preguntó: “¿por qué no presentan esas pruebas y ganan esta guerra de propaganda?” 

La respuesta del presidente Putin fue muy clara y contundente: “Es muy difícil vencer a Estados Unidos en la guerra de propaganda, porque Estados Unidos controla todos los medios de comunicación del mundo y muchos medios europeos. Los beneficiarios finales de los mayores medios de comunicación europeos son fundaciones estadounidenses. ¿No lo sabe? Así que es posible implicarse en este trabajo, pero, como se suele decir, a uno le sale más caro. Podemos simplemente sacar a la luz nuestras fuentes de información, y no conseguiremos resultados. Está claro para todo el mundo lo que ocurrió, e incluso los analistas estadounidenses hablan de ello directamente…”

Sí, es cierto,  los sacrosantos intereses imperiales del capitalismo están por encima de la libertad de prensa. Dan a conocer lo que interesa que la humanidad -manejada cual masa de borregos- debe saber para que la estabilidad global de un “orden internacional basado en reglas” se mantenga. Si lo que se dice es verdadero o falso, perdió importancia. La verdad es un recurso del pasado que no tiene la menor validez en el presente. Frente a ella, se impone la contundencia de la falacia, el criterio mendaz y los intereses corporativos.

Cuando matar periodistas en Palestina ha devenido en “deporte nacional” de Israel, con apoyo y aval de Estados Unidos y Europa, ¿qué importa olvidar por un rato la “libertad de expresión” y hacerse de la “vista gorda” ante un genocidio que se realiza a la luz del día y ante una humanidad impotente e impávida que se limita a enterarse del número de muertos y heridos cada día. Entonces, se entiende cuando Putin dice: “Es muy difícil vencer a Estados Unidos en la guerra de propaganda, porque Estados Unidos controla todos los medios de comunicación del mundo y muchos medios europeos”.

El escándalo tras la entrevista ha sido mayúsculo, “democráticos” parlamentarios estadounidenses y europeos han llamado a declarar traidor a Carlson y a negarle el ingreso a los países europeos. Aún no ha llegado a ocurrir lo que le hicieron a Julian Assange, que es, sin duda, otra manifestación de la famosa “libertad de expresión”. Claro, aunque Carlson es un hombre del sistema y en esa medida aparentemente intocable, no se puede descartar  que en esta nueva etapa del macartismo, eso pudiera ocurrir.

Algunos jefes de Estado han explotado en desmesuradas e histéricas reacciones respecto de las palabras de Putin, pero aparte de adjetivos de todas las dimensiones, no han podido entregar argumento válido alguno para contradecir o desmentir los planteamientos del presidente ruso. Aplastados por la cienmillonaria audiencia pensante que le interesó escuchar y ver a Putin, no atinan a elaborar respuestas coherentes frente a las bien estructuradas premisas exhibidas por Putin.

En cuanto al contenido de la entrevista, me voy a permitir esbozar algunos aspectos que me parecen los más relevantes:

  1. Cualquiera puede estar de acuerdo o no con la interpretación que Putin hace de la historia, pero nadie puede poner en duda que es un hombre culto que conoce el pasado de su país. Genera cierta tranquilidad saber que al menos una de las potencias mundiales es dirigida por una persona ilustrada que respeta el conocimiento. Cuando enfrente se tiene a un presidente de Estados Unidos que no es capaz de diferenciar a México de Egipto o a François Mitterrand de Emmanuel Macron, una presidenta de la Comisión Europea que dice que los misiles hipersónicos rusos funcionan con chips extraídos de lavadoras y hornos microondas y un alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad que opina que el mundo es una selva, mientras que la Europa creadora del esclavismo, el fascismo, el nazismo, el capitalismo, el imperialismo y el colonialismo y sede las dos guerras mundiales más salvajes de la historia, es un jardín, no deja de ser alentador escuchar a Putin y saber que también existen líderes a la altura del momento.
  2. Putin puso en evidencia algo que se sabía. La posesión por parte de Rusia de misiles hipersónicos ha cambiado la ecuación bélica global. Ya no son los portaviones los que marcan la definición estratégica del conflicto. Y en este ámbito, Rusia lleva la delantera por mucho. Estados Unidos ni siquiera ha podido desarrollar con éxito sus pruebas con misiles hipersónicos.
  3. Resulta dramático escuchar al presidente ruso decir que, frente al compromiso de la OTAN de no expandirse hacia el este y la violación por cinco veces de tal “acuerdo de caballeros” ampliamente sustentado, Europa se haya visto obligada a aceptarlo por presiones de Estados Unidos sin que emitiera queja, disgusto o desazón alguna al respecto. Es patético saber que los líderes europeos no tienen honor, ni pueden hacer compromisos porque si Washington los presiona, renuncian a ellos. Más adelante, al hablar de la situación de Europa, Putin expone que los líderes de esa región no se orientan por sus intereses nacionales sino por los de eso que se ha dado en llamar el “Occidente colectivo”. En esta situación, escuchar del presidente ruso decir que: “De verdad no entiendo con quién tengo que hablar” y agrega más adelante que “estamos dispuestos a hablar, pero ¿con quién? ¿Dónde están las garantías? No hay ninguna”, resulta muy desalentador para los que luchan por la paz en el mundo y la desean de verdad.
  4. No se sabe si por ignorancia propia o por la necesidad de explicárselo a la opinión pública de Estados Unidos que también es muy convenientemente ignorante, Carlson pregunta “¿Qué quiere decir la desnazificación? ¿Qué significa esto?” Resulta aterrador que un periodista de la talla de Carlson lo pregunte. Muestra cuánto ha hecho la “guerra de propaganda” y el impacto de lo que significa que Estados Unidos controle “todos los medios de comunicación del mundo y muchos medios europeos”. En Estados Unidos y en el mundo parece no saberse que desde 2014, las organizaciones nazis han ocupado importantes puestos de poder en el Estado ucraniano, incluyendo las fuerzas armadas; que realizaron un genocidio continuado desde ese año en la zona oriental de lo que en ese entonces era Ucrania; tampoco saben que en mayo de ese año, atacaron e incendiaron un sindicato en Odessa, asesinando a 42 ciudadanos inocentes. Así mismo resulta inconcebible que no sepan que en Ucrania se hostiga a religiones distintas de la oficial, cerrando templos, encarcelando dignatarios y prohibiendo la realización de sus ritos. No conocen en Estados Unidos que en Ucrania se persigue la cultura rusa tratando de eliminar a verdaderos paladines de la ciencia y el saber mundial como Lomonósov, Pushkin, Tolstoi, Chaikovski entre otros. Resulta inconcebible que Carlson no sepa que en Ucrania se ha prohibido a las minorías hablar sus idiomas y no solo el ruso, también el rumano, el húngaro y el eslovaco entre otros. Occidente pasa por una situación tan desastrosa que no sabe qué es desnazificar y sobre todo, la necesidad de hacerlo por el bien de toda la humanidad.
  5. En algún momento de la entrevista, Putin hace una apelación al sentido común. Lo repite en varias ocasiones, pero en una, en particular, utiliza el término por la necesidad de buscar acuerdos. Siendo propio de la condición humana, el sentido común, pareciera que se está perdiendo y muchos de los conflictos mundiales tienen que ver con ello y con algo que él relata durante toda la entrevista, que es la ausencia cada vez mayor de comunicación entre las grandes potencias mundiales, lo cual no deja de ser muy preocupante.
  6. Con respecto a las alianzas y los bloques en el mundo multipolar, el presidente es muy concreto y preciso. Dijo: “Es necesario que el mundo esté unido, que la seguridad sea común y no esté pensada para los “mil millones de oro”. Y entonces – solo entonces – el mundo será estable, sostenible y predecible. Hasta entonces, mientras la cabeza esté dividida en dos partes, se tratará de una enfermedad, una grave enfermedad. El mundo atraviesa este periodo de grave enfermedad”.
  7. En relación al papel del dólar y su futuro, Putin opinó que el dólar es el fundamento del poderío de Estados Unidos y que ha sido un grave error de sus gobiernos utilizarlo como instrumento de lucha de su política exterior. Al hacerlo -dice el presidente ruso- ellos mismos le asestaron un golpe al poder de Estados Unidos. Precisa: “No quiero utilizar expresiones vulgares, pero esto es una estupidez y un gran error”, toda vez que en el mundo, incluso los países aliados de Estados Unidos se están alejando del dólar como forma de protegerse ante lo que está ocurriendo. Estados Unidos aplica sanciones, medidas restrictivas, congelación de propiedades y otras acciones que han significado una poderosa señal de alarma para el mundo.
  8. Ante una pregunta de Carlson en relación con el papel de los BRICS y en particular de China a la que llamó “una potencia colonial más bondadosa”, Putin le explicó que Rusia ya conoce “esos cuentos de miedo” entendiendo que su país comparte con China una frontera de miles de kilómetros por lo que están acostumbrados a convivir desde hace siglos.  En ese sentido, el presidente ruso apunta que “la filosofía de la política exterior de China no es agresiva” sino que busca siempre el compromiso. Expone que todo el mundo quiere elevar el volumen de cooperación económica con China, incluyendo Europa y Estados Unidos y sentencia que las decisiones políticas de Washington que conducen a limitar el comercio con China perjudicarán sobre todo al propio Estados Unidos.
  9.  En cuanto a los BRICS, Putin considera que es una agrupación que se está desarrollando rápidamente. Mientras en 1992 la participación del G-7 en la economía mundial era del 47%, cayó en 2022 al 30%, en tanto que los países de los BRICS que constituían el 16% de la economía mundial en 1992, ahora superaron al G-7. Considera que esa es una tendencia inevitable a la cual todos deben adecuarse. Estados Unidos intenta su “adaptación” a través de la fuerza: “sanciones, presiones, bombardeos, uso de las fuerzas armadas”, lo cual es expresión de su arrogancia y su incomprensión de que el mundo está cambiando, pero no lo entienden. Si quieren mantener su dominio del mundo, deben tomar decisiones correctas, pero su élite política no lo comprende y recurre a acciones “duras” incluso contra Rusia. Esto, que es evidente conduce para Estados Unidos, al resultado contrario.
  10.  Casi al final, Carlson le hace una pregunta aparentemente inocente en relación a que si un cambio de líder en Estados Unidos podría modificar el panorama presentado. Con habilidad, pretende llevarlo a una opinión respecto de las elecciones en Estados Unidos. Con habilidad también, Putin le responde que no se trata de los líderes sino de “la actitud de una persona en particular”. No cree que importe la personalidad del líder  “sino del clima de las élites”. Explica que si Estados Unidos persiste en su idea de dominar el mundo mediante la fuerza, nada cambiará, solo empeorará. Pero si se llega a la conclusión de que el mundo está cambiando, se adapta a esas modificaciones y -quiere mantener las ventajas que tiene hoy- “entonces quizá algo cambie”.
  11. Esta constatación de que el mundo está cambiando lo dicen todos, incluso los expertos estadounidenses. Al respecto Putin concluye diciendo que “…para cambiar la política, necesitamos gente que piense, que mire hacia el futuro, que sepa analizar y recomendar decisiones con liderazgo político”.

Hay muchos, muchísimos y muy diversos temas. A algunas personas le resultarán importantes unos y eso no coincidirá con la opinión de otros. De manera que desde ya, pido excusas, por no lograr abarcarlo todo.

www.sergioro07.blogspot.com

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