Por André Jouffé
Existe un término en jerga inglesa: “Never change horses in middlestream” (nunca cambies de corcel en medio de la corriente).
Afortunadamente, el gobierno mantuvo al Ministro de Salud, quien aparte de algunas declaraciones fuera de contexto no ha podido hacerlo mejor. El nefrólogo Jaime Mañalich ha enfrentado la realidad social del país y para su desgracia, llega a conocerla siendo casi adulto mayor.
Chile ha manejado el tema del Corona en forma irregular, mismo pecado en Suecia y en otros países donde hubo largonas prematuras, otras inconscientes, con cabecillas desastrosos como Trump y Bolsonaro.
En lo personal, no le creo a nadie, ni a los gobiernos más vulnerables en cuanto a embargos y ataques políticos ni a los que se atribuyen ser dueños de la verdad. Si Ángela Merkel mantiene en status quo por un tiempo prudente, podría estimarse que el criterio en Alemania funcionó.
Si en la India la población fuera tan indulgente como la nuestra, batiría todos los récords de contagio, sin embargo pese a las paupérrimas condiciones de sus habitantes, sus cifras son entre comillas, decentes. Ahora, si se aferran a la realidad es otra cosa.
En Chile a falta de nada mejor, un insulso e inocuo cambio de gabinete, con un premio para el señor Sebastián Sichel de pasar del Ministro de Desarrollo Social a Presidente del Banco del Estado. Por lo menos, aumentó su sueldo gracias a la presión de Renovación Nacional por ubicar a Monckeberg .
El resto no soluciona nada y el Presidente sin mascarilla entrega nombres de nuevas personas o las mismas en cargos diferentes. El lazo común: ninguno pasó por la clase media baja en algún momento de sus vidas y fueron educados en colegios privados o en los públicos clase A.
Mientras, siguen las pugnas por la calidad de las canastas, las clases por internet y las especulaciones en cómo será el futuro económico de Chile.
Asimismo criticamos en estas columnas la falta de información real de la violencia generalizada en el país, especialmente en la Araucanía.
La pandemia está en apogeo puro, nadie sueña con que para el Día del Padre dos o tres generaciones puedan reencontrarse salvo en algunas comunas del país.
En breve regirá con más fuerza el criterio de a quien se salva y a quien se deja morir.
Y en ésta situación rige también la conducta irresponsable de parte de la ciudadanía que hace caso omiso de medidas de restricción. Hemos visto aviones Sky con la totalidad de sus asientos copados en vuelo a Balmaceda, aeropuerto del villorrio que denomina ciudad en Aysén, y asados como para celebrar el fin del mundo.
Ciudadanía incivilizada y desobediente, salvo cuando hay armas de por medio en una situación que tiende a agravarse.
Cambio de gabinete, cambio a la nada. Sólo Mañalich especializado en epidemiología en Canadá, puede salvarse de críticas mayores al fin y al cabo no se manda solo. Y cumple a tiempo completo su rol de fusible para que no se queme el tapón Piñera.