Por André Jouffe
Sabido es que la pandemia le viene como anillo al dedo a Piñera.
En el tema vacunación y las indicaciones, inobjetable.
Salvo el cálculo que recae entre el Mineduc y el Minsal. El proceso de desarrollo de la inmunización es de 41 días entre la primera fase, la segunda y los veinte días posteriores al pinchazo de clausura.
En consecuencia, imposible el comienzo de clases presenciales el 1 de marzo.
Los resquicios para el tercer mordisco-para los que aún mantienen un remanente en la AFP-, pasarán por alto la indicación del Consejo de Estado. De alguna parte saldrá ese dinero, quizás un préstamo gubernamental sin intereses.
Aun con elecciones de por medio en abril y noviembre, la agitación recomienza apenas el país esté vacunado. Por ahora se captan síntomas suaves comparados a los que vendrán.
El tema del trabajo desde la casa, la incorporación de nuevas tecnologías, el que los patrones hayan aprendido que con menos gente funcionan igual, sólo aumentaran la cesantía o sea la pobreza y los notables encabezados de recuperación económica o en materia de desempleo solo relativiza un hecho: parte de la clase trabajadora está volviendo a un porcentaje bajo de lo normal a sus tareas.
Atravesamos un tiempo suspendido, con ciertos movimientos telúricos reales y otros humanos que nos avisan que el país está disconforme. Ya nadie sacará a un Presidente a un año del término del mandato a nueve meses de las elecciones.
Mantendremos el juego rotativo de cambio de ministros, totalmente alejados del mundo real y en la peana olímpica del corona quizás nos ubicamos en buen pedestal en materia de cómo se procedió en el sistema de vacunación.
Si Plaza Italia convoca a quinientos con toque de queda y medidas represivas, serán cincuenta mil en primavera. Si en Ercilla y la Araucanía en general hay humo a diario, preveo fuego a granel a mediano plazo. Porque a fuego lento, aun así, la palabra refundar sigue cosquilleando la oreja del alto mando de la institución verde.
¿Para qué esconder la cabeza y jugar y avestruz? Ya encontraran por el norte otras vías de ingreso, especialmente los bolivianos.
Y les explicaremos la razón: hasta hace año y medio, la situación Argentina apestosa era terreno más propicio para emigrar del altiplano. En los últimos meses han optado por Chile pese a la incomodidad que les provoca ingresar a territorio que tal como a los peruanos, fue suyo alguna vez.
Termino estas líneas comparando lo que ocurre con los cines: aunque abran sus puertas, con un tercio del aforo no financiarán la proyección; solo la venta de chatarra, gaseosas, helados y palomitas puede permitir un financiamiento parcial.
Esa es la proyección de un Chile donde quienes tienen dinero compran acciones a terrenos a precio de huevo profitando de la miseria que deben desprenderse de sus bienes para comer o retirando a su abuelos de hogares de reposo, reintegrándolos al hogar, por falta de recursos para mantenerlos bajo un cuidado digno y prolijo.
Y Ponce Lerou invirtiendo para dentro y fuera de Soquimich sin que se escuche ningún alto al fuego. Es que cuando la derecha e izquierda están unidas, incluso en avatares como recurrir al ex yerno del dictador, entonces jamás serán vencidas, evocando a don Nicanor Parra.