Por André Jouffé
El mito del eterno retorno es más que un título de un ensayo de Mircea Eliade, es un hecho consuetudinario separado por generaciones.
A comienzos de siglo, relata Irene Numirosky una familia judía ostentosa y con títulos nobiliarios adquiridos-cosa hecha ya por los Rothschild siglos antes-, invitan a doscientas personas de la sociedad francesa para hacer ostentación de su riqueza.
La hija, confundida y desagradada con el método, arroja las invitaciones al Sena cuando le encargan repartirlas.
Los nuevos ricos intentan una segunda oportunidad. Finalmente se imponen.
Medio siglo más tarde en la vida real, una familia de origen sirio, organiza a punta de sacar a dedo nombres plutocráticos de la guía de teléfono, una fiesta para los 15 años de su hija mayor.
En esta oportunidad la gente llegó y con el correr de la velada se burlan de los anfitriones, orinan en las murallas y destrozan los muebles.
A los quince días, los habitantes de Eleodoro Yáñez y Lyon, vuelven a insistir y logran el objetivo de instalarse en la pituquería, que los observa como asomaditos. Término zapallarino para calificar a los aspirantes a serlo como Alberto Espina.
Medio siglo después, en Miami, profito del desayuno-ya no existe-de 99 centavos de dólar cuyo contenido es una taza de café, un trocito de mantequilla, dos tostadas y un huevo frito. Escucho en el boliche que los encargados y clientes discuten sobre la amenaza venezolana. La horda de inmigrantes que huye de Chávez y que estropearan el dominio gusano.
Entonces incontenible, intervine: Y ustedes hace 40 años, ¿Acaso no huyeron de Fidel?
Si pero los de ahora son delincuentes.
-Lo mismo dijeron entonces de ustedes.
Pague mis 99 centavos y partí.
Este domingo Carlos Peña escribe sobre La Pachaca: una gallina proletaria es instalada al lado de otras cuicas. Al comienzo la picotean, molestas e ignoran. Luego la asumen. Cuando llega otra idónea la primera en picotear a la gallina es La pachaca.
Hoy en Chile somos Pachacas que picoteamos a los extranjeros especialmente si son latinos, olvidando a los profesionales, a las mujeres y a los niños viviendo en condiciones paupérrimas mientras Chal y Perú deciden su destino con parsimonia.
Este sitio ha reiterado una y otra vez la generosidad con que fueron recibidos los chilenos después el golpe y pese a la conducta repulsiva de algunos infiltrados que se integró a los emigrantes por razones económicas, hoy demuestra una actitud hostil, racista y denigratoria.
Desgraciadamente es un fenómeno mundial: bienvenidos los negros para cultivar el algodón y cosecharlo en Estados Unidos, igual los que llegaron de África a Europa a hacer el trabajo sucio que el hombre blanco ya estaba hastiado de realizar.
Es más, en Israel, los judíos yemenitas son discriminados por los sabras y es mal visto que un amarillo haga pareja con un blanco.
Nathalie Nothcomb en Sed, pone en boca de Jesucristo dirigiéndose a Dios: Tú no puedes comprender esto porque no estás aquí. Incluso hasta mi venida y la crucifixión es un error.
Los que durante el fin de semana largo disfrutaron de un descanso de sol y lluvia, leen lo que ocurre, dan vuelta la página y suspiran que ojala el gobierno solucione el problema. Nada más, ni siquiera una campaña de recolección de ropa y alimentos n perecibles para enviar al norte.
Un país indiferente salvo cuando se trata de boicotear partidos con barras que han sido utilizadas para campañas políticas, o para revolver el gallinero de la Pachaca.