Davos y el acarreo hacia lo que no se quiere

Por André Jouffé

Davos, balneario invernal helvético es el patio del recreo invernal para neoliberales y para el número creciente de capitalistas de la vigilancia, esa es la acepción generalizada..

En breve tendrá lugar el Foro Económico Mundial correspondiente a éste año (debió ser en enero pero fue postergado hasta el verano europeo que comienza este mes).

Como expresa WH Auden en Sonets for China, “Pero oye el lamento matutino de los heridos y su porqué:

Han caído murallas y almas; la voluntad de los injustos nunca ha carecido de avieso ingenio; y aun así todo príncipe ha de valerse de la noble y bella mentira unificadora”.

La bella mentira gira en torno a la acción unificadora del capitalismo. Eso es Davos. Todo el sistema apunta a un objetivo real que es la intervención, el accionamiento y el control ubicuos. En estos momentos, el verdadero poder estriba en que se pueden modificar las acciones en el mundo real y en el tiempo real.

Esta capacidad de accionamiento caracteriza toda nueva fase del imperativo producto en la que se enfatiza las llamadas economías de acción

Chile está aún inmerso en plena culminación de la implantación de los nuevos medios de modificación, una evolución decisiva y necesaria de los “medios de producción” del capitalismo de la vigilancia hacia un sistema operacional interactivo y potente. Es un hito crucial en la carrera hacia la meta de resultados garantizados En el capitalismo de la vigilancia los objetivos de las operaciones de la modificación conductual automatizada son diseñados por las empresas para servir a sus propios fines de mejora de los ingresos y crecimiento.

Obviamente, se usan sensores para modificar el comportamiento de las personas con la misma facilidad con la que se modifica el comportamiento de los dispositivos.

“Por internet se puede regular la temperatura desde larga distancia del hogar por esos mecanismos pero también puede llevar a actuar conforme a un camino que la persona no ha elegido. En pocas palabras afinar y arrear” (“ La era del capitalismo y la vigilancia”, Shoshana Zuboff).

Nuestro país en sus discursos oficialistas y de oposición, parecieran ignorar estos contextos, buscando como siempre una vía propia.

El gobierno actual debería de poner barreras a todo lo anteriormente expuesto, con un filtro muy delicado.

El desafío no es un buen mensaje presidencial de hora y media, bien Boric en lo formal y en los proyectos. El desafío es simultáneamente a los planes de acción, salvo los berrinches sobre temas como pueblos originarios y de igualdad de los cuatro géneros, sino mostrar las herramienta como un gobierno que se dice de izquierda, va a combatir el preámbulo de esta columna. En lo personal, un Everest, pero nada se pierde con  escalar el San Cristóbal.

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