Por Sergio Rodríguez Gelfenstein
En este mes de junio se conmemoran dos fechas cruciales en la larga lucha -que ya dura más de 50 años- por parte del pueblo saharaui por su independencia y autodeterminación, primero contra el colonialismo español y luego contra el expansionismo marroquí. Esta épica contienda se inscribe en el marco de las luchas de liberación nacional de los pueblos africanos por su emancipación. La segunda mitad del siglo XX se caracterizó por el auge de las batallas por la independencia en el continente africano. En el año 1960 doce países accedieron a ella. Hay que señalar también que tres nuevos Estados (los que limitan con el territorio del Sahara Occidental) emergieron desde el colonialismo en fechas próximas a este año: Marruecos en 1956, Mauritania en 1960 y Argelia- después de una larga y cruenta lucha en la que más de un millón y medio de personas perdieron la vida- en 1962. Al día de hoy el Sahara Occidental es el único territorio colonial del continente africano.
El escenario internacional de luchas populares contra la lacra del colonialismo encontró oídos receptivos en la, hasta entonces denominada “Provincia Española del Sahara” en la que, a finales de los años 60, se fundó el primer movimiento de corte nacionalista y anticolonial, el que tras su creación, preconizó la lucha pacífica como medio para alcanzar la independencia nacional.
La nueva estructura denominada “Movimiento de Liberación del Sáhara” (MLS) se propuso reivindicar pacíficamente la independencia. En plazos muy cortos, la organización incorporó a cientos de militantes entre los obreros y empleados de la industria, funcionarios de la administración colonial, estudiantes, suboficiales y soldados. Liderado por Mohamed Sid Brahim Basiri, padre del nacionalismo saharaui, fue literalmente desmembrado por las fuerzas militares franquistas el 17 de junio de 1970, a raíz de la histórica manifestación de Zemla (barrio popular de la capital saharaui), cuando militantes del movimiento independentista y la población en general, salieron a la calle para rechazar pacíficamente la presencia colonial española y exigir la puesta en práctica de las resoluciones de la ONU, especialmente la 1514 (XV) de 1960, columna vertebral de la doctrina internacional de descolonización, que recoge el principio de la concesión de la independencia de los pueblos y países coloniales a través del ejercicio de su derecho a la autodeterminación.
Esta gesta histórica que costó innumerables vidas humanas de civiles indefensos, decenas de heridos, encarcelados y la desaparición del máximo líder saharaui a manos del ejército español sin que hasta hoy -51 años después- se conozca su destino, marcó el primer paso en el largo camino del pueblo saharaui hacia la libertad.
Poco tiempo después, este proceso desembocó en el surgimiento de un auténtico movimiento de liberación nacional con un programa políticamente consolidado y la elección de la lucha armada como única vía posible para erradicar el colonialismo español del Sahara Occidental.
La fundación, el 10 de mayo de 1973, por un grupo de jóvenes saharauis liderados por El Uali Mustafa Sayed, del Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente Polisario), reconocido por la comunidad internacional como el único representante legítimo del pueblo saharaui, constituye sin lugar a dudas, un punto de inflexión en la historia reciente de este pueblo, en la medida en que abre una nueva y superior etapa en su lucha hacia la emancipación definitiva.
El Uali nació en 1948 en algún lugar del desierto mauritano. Su familia saharaui era nómada y se dedicaba a la crianza de cabras y camellos. Su infancia transcurrió en condiciones de extrema pobreza pero logró en medio de difíciles circunstancias, acceder a la escuela primaria que pudo terminar gracias a una gran voluntad y esfuerzo, lo cual le valió una beca para estudiar en Marruecos. Sin embargo, fue expulsado del liceo donde cursaba su secundaria por lo que se vio obligado a regresar a la comunidad donde estaba su familia, comenzando a trabajar como obrero por muy poco tiempo, tras ser despedido.
En esas condiciones, se desplazó a la ciudad de Taroudant, donde tuvo sus primeros contactos con las ideas de independencia de su pueblo. Pudo continuar sus estudios de bachillerato e ingresar a la universidad en 1970 para estudiar derecho.
En la universidad se transformó en activista por la causa del pueblo saharaui. A raíz de los sucesos en Zemla, la brutal represión y la desaparición de Brahim Basiri asume en 1971 una dedicación de tiempo completo a la liberación del Sahara Occidental. Viajó a Europa y estableció contacto con organizaciones populares y democráticas de ese continente y de Marruecos para buscar apoyo a la lucha anti colonialista, sin embargo al no obtener mayor éxito, se convenció de que el pueblo saharaui debía obtener su independencia a partir de los esfuerzos propios. Fue detenido y torturado en dos ocasiones por su inveterada participación en la lucha de su pueblo.
Así, se vuelca a la creación de una organización política que agrupara a todo el pueblo saharaui. Con este motivo recorrió Marruecos, Argelia y Mauritania además de buena parte del territorio del Sahara, hasta que ese 10 de mayo de 1973 vio luz el Frente Polisario que en su primer manifiesto señala que la organización “…nace como la expresión única de las masas, que opta por la violencia revolucionaria y la lucha armada como medio, para que el pueblo saharaui, árabe y africano, pueda gozar de su libertad total y enfrentar las maniobras del colonialismo español”.
Como líder del Frente Polisario, El Uali encabezó las primeras acciones militares contra el ejército español. Fueron años de avance y crecimiento de la actividad organizativa mientras se desarrollaba la guerra de forma incipiente en el mismo momento en que ésta finalizaba en buena parte de África, al tiempo que surgían en el continente una gran cantidad de nuevos Estados independientes. De igual manera, el pueblo saharaui comenzaba a identificarse con el Frente Polisario como una organización que defendía su derecho a la autodeterminación. En ese contexto, El Uali se consolidaba como el líder indiscutible no solo del Frente Polisario, también de todo el pueblo saharaui.
La debilidad del sistema colonial en África estuvo directamente relacionada con el avance indetenible de la lucha de los movimientos de liberación nacional. En el caso del Sahara, intervino además la fragilidad de la dictadura franquista asociada a la enfermedad de su mentor. En este contexto, España, fiel al histórico talante cobarde y ambiguo de su monarquía y clase política, llegó a un acuerdo con Marruecos y Mauritania para permitir que los dos países africanos se apropiaran del territorio saharaui. Marruecos invadió el Sahara ocupando por la fuerza parte importante del país, mientras Mauritania hacía lo mismo desde el sur.
Una buena proporción de la población debió emigrar y refugiarse en países vecinos, especialmente en Argelia que asumió desde ese momento y hasta ahora una solidaridad de grandes proporciones con el pueblo saharaui y con el Frente Polisario.
El 27 de febrero de 1976 se proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y El Uali fue designado como su primer presidente. Con ello comenzó una nueva etapa en el camino de la independencia, en la que se incrementó la lucha armada contra los nuevos agresores.
En una de esas acciones, realizada en territorio mauritano, el 9 de junio de 1976, El Uali entregó su vida cuando al frente de un grupo de combatientes se retiraba de una operación directa en la capital de ese país que había sido definido como el eslabón más débil de la alianza colonial y a donde se volcaron la mayor parte de los esfuerzos militares. Su ejemplo imperecedero, marcaría la impronta de los combatientes saharauis por la libertad. En su homenaje, cada 9 de junio se conmemora el Día de los Mártires como recuerdo y memoria de quien es considerado el más grande héroe del pueblo saharaui.
Su muerte no detuvo la lucha. En 1979 Mauritania se retiró derrotada del Sahara, incapaz de resistir la ofensiva constante del Ejército de Liberación Saharaui. En 1982, la RASD fue reconocido como miembro con plenitud de derechos en la Organización para la Unidad Africana (OUA), hoy Unión Africana (UA).
La guerra continuó hasta que en 1991 se produjo un acuerdo de alto al fuego con Marruecos bajo auspicios de la ONU que debía organizar un referéndum de auto determinación del pueblo saharaui. Sin embargo, 30 años después la situación es la misma, Marruecos mantiene ocupado buena parte del territorio del Sahara mientras su pueblo en condiciones muy difíciles sigue resistiendo en procura de su independencia.
La ONU envuelta en un manto de complicidades con Marruecos además de Europa, en especial Francia y España se ha sometido al chantaje de la medieval y putrefacta monarquía marroquí, para finalmente, en connivencia con ella mantener un anacrónico status colonial inexplicable en el siglo XXI.
Mientras tanto el pueblo saharaui y el Frente Polisario como su único representante, sin ningún tipo de vacilación mantienen su inclaudicable sentimiento y voluntad de independencia. En este acontecer, el recuerdo imborrable y los ejemplos de vida y de entrega de Mohamed Sid Brahim Basiri y de El Uali Mustafa Sayed seguirán señalando el camino que conducirá a la victoria y a la independencia.