Barbie y el viejo pascuero

Por André Jouffé

En el año 1914 hizo oficialmente su entrada el sistema binario para bebés: rosado para las mujercitas y azul para ellos.

Una intensa campaña desde los Estados Unidos para imponer estos colores, con objetivos netamente comerciales y que remató con la victoria sobre Alemania y sus aliados que abrieron sus negocios recibiendo esta novedad en 1918.

El Viejo Pascuero nace de la tradición de celebrar Navidad agradeciendo o pidiendo buenas cosechas. 

La vestimenta del regalador era verde, como los coníferos; un color adhoc con los países nórdicos y centro europeos.

Despúes de la segunda guerra mundial, Alemania, Italia, Austria, Japón y sus aliados, Coca Cola logra imponer el rojo como color institucionalizado para Papá Noel y el verde queda relegado para la decoración.

Estos son hechos reales, vigentes hasta el día de hoy.

De esta forma se explica el fenómeno Barbie que ha devuelto a los cines a cientos de miles de personas, niños y adultos, que siguen a este personaje de la infancia de la generación pasada.

Cuando alguien desea saber en pocas palabras el significado de imperialismo, lo tiene en estos dos hechos, cotidianos, absurdos.

Entonces, es fácil de advertir cómo contagia a otros niveles esta vez relacionados con el lobby, los paraísos fiscales, el abismo entre ricos y pobres, los entretelones de las guerras y conflictos.

El diario “Handelsblatt” (“Diario del Comercio”) es de derecha-no existe en Alemania la centro derecha, todo es blanco o negro-, considera a Gabriel Boric como el salvador de la cumbre UE Cerlac.

¿Por qué?

Simplemente por el carácter apaciguador, quizás entreguista para los que deseaban escuchar las palabras que dijo. De paso el tema ambiental, le dio un mayor peso al presidente más joven del mundo y quizás  único que luce sin ambages su tatuaje en el antebrazo izquierdo. Además a La Vanguardia de Barcelona, le explicó la inspiración: el faro magallánico Dungenes y en la mujer retratada literariamente por la mexicana Jasmina Barrera esposa de Alejando Zambra.

El muchacho cayó simpático, comenta Diario El Mundo, de Madrid y Heraldo Muñoz,  hombre de confianza del Departamento de Estado norteamericano, escribe en El Mercurio que Lula se entiende mejor con Maduro y Putin que con Boric, a quien define como ansioso y demasiado joven.

La gira cumplió sus objetivos, los exilados tuvieron por fin un presidente que alterna con ellos, la tan cuestionada condecoración al juez Garzón, fue aplaudida por todos las víctimas y perseguidos por la dictadura.

La visita a Ginebra, al equivalente gigante del catalizador de orgones de Wilhelm Reich, también lo dejó como un aliado interesante para los suizos en este proyecto multinacional pues no solo incumbe a la Confederación Helvética.

Es quizás, una de las giras más interesantes de un Presidente chileno, aunque le significó un paso atrás en materia de evitar el entreguismo a las demandas empresariales. 

A todo esto, demostrando la pequeñez de los medios de comunicación chileno, el tema de los computadores, tuvo un quinientos por ciento más cobertura que el viaje de Gabriel Boric Font

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