Análisis Político

La clase política se divierte

Juan Pablo Cárdenas S. | Jueves 24 de abril 2025.

La muerte del Papa Francisco obró el milagro de que los principales candidatos presidenciales concurrieran a la Catedral Metropolitana de Santiago a la misa que oficiara el cardenal Fernando Chomalí. Todos juntos, muy ordenados e instalados en una misma banca, en un innegable propósito común de empatizar con el gran sentimiento de pesar que representó este acontecimiento.

Todo esto en el día en que los partidos y las candidaturas presidenciales se darían a la tarea de definir si hacer elecciones primarias o concurrir directamente a la papeleta electoral de fin de año. Finalmente, las precandidaturas oficialistas decidieron limitar el número de quienes se medirán para escoger a la candidata definitiva, puesto que los varones o barones que postulan tienen, de verdad, nula posibilidad de arrebatarle la postulación a la PPD Carolina Tohá, a la socialista Paulina Vodanovic o a la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara.

Del lado de la derecha opositora, Evelyn Matthei renunció a seguir buscando una primaria entre todos los postulantes del sector. Desistió del tongo que estuvo a punto de armarse con ella y otros dos candidatos improvisados a última hora, que solo se prestaban para realizar una elección para que ella, la que lleva amplia ventaja en las encuestas, fuera proclamada mediante un proceso de consulta ciudadana y no solo por los tres partidos que la nominaron.

Como la ventaja de la oposición en los sondeos todavía es contundente, los otros dos candidatos de la derecha, José Antonio Kast y Johannes Kaiser, han decidido llegar hasta el final de esta contienda, en el entendido que Matthei o alguno de ellos pasará de todas maneras a la segunda vuelta presidencial.

Lo que hemos vivido en esta semana parece un juego de niños. Dimes y diretes reiterados entre los candidatos de uno u otro sector. Las dos candidatas del autodenominado socialismo democrático se han sacado poco menos que los ojos, muy en favor de la candidata comunista que gana puntos gracias a este incordio. De todas maneras, muy poco probable parece que el PC pueda tener alguna posibilidad de llegar a La Moneda si no es en un pacto con la que resulte ganadora entre las postulantes antes señaladas. Más probable podría ser que, en la competencia entre las tres damas, ganara cuerpo el candidato del Frente Amplio, Gonzalo Winter, quien seguramente cuenta con las preferencias del Presidente Boric, cuyo liderazgo viene desdibujándose y perdiendo credibilidad por los escándalos de corrupción y lis desaciertos que comprometen a su Gobierno y a su referente partidario. Pese a las tensiones, se da por descontado, en todo caso, que la que gane contará con la adhesión de los demás.

Pero estos no son todos. La Democracia Cristiana se debate entre el ir o no ir a la contienda presidencial por su propia cuenta y si cumple con eso de que con los comunistas simplemente no puede congeniar en una alianza electoral. Pero en el Servicio Electoral todavía están por dilucidarse las candidaturas de al menos una decena de otros candidatos que añoran arrebatarle a la clase política el control del próximo gobierno. Entre ellos Harold Mayne-Nicholls, conocido dirigente del fútbol nacional, en pleno esfuerzo por juntar firmas que lo lleven a la papeleta. Y, con él, otros como Marco Enríquez Ominami, Eduardo Artés y Franco Parisi, que postularían por tercera o cuarta vez, pero que hasta ahora marcan muy poco en las encuestas. Postulantes, sin embargo, que podrían afectar las posibilidades de los anteriores.

En la opinión pública la explicación que existe respecto de la existencia de tantos candidatos radica en que la Ley Electoral contempla financiar las campañas de todos los que postulen atendiendo al número de votos que obtengan, lo que representa un monto que perfectamente les ayude a solventar su mantención activa en la política. Dada la danza de millones que todos los chilenos pagan para que muchos políticos sigan vigentes.

Ahora es el oficialismo el que le espeta a la derecha ser incapaz de organizar una primaria, en la confianza de que esta contienda previa va a dejar mejor aspectada a la candidata de gobierno. Sin embargo, el riesgo que corre este proceso es que los ciudadanos no concurran masivamente a votar, puesto que el voto en este caso es voluntario. Se estima que para validar el proceso se necesitaría la participación de al menos un millón y medio de ciudadanos. Y resulta evidente que, hasta aquí, reina una amplia apatía popular por el sufragio.

Para la oposición se hace imprescindible que las encuestas sigan marcando la amplia ventaja que marcan sus postulantes. Apoyo popular que no parece debilitarse con las acusaciones de ser los tres candidatos nítidos exponentes del pinochetismo y simpatizantes de la horrenda Dictadura Militar. Tal parece que después de 50 años esto ya no parece constituir un severo baldón, cuando más de la mitad de la población ni siquiera había nacido para el 11 de septiembre de 1973.

Lo más evidente es que con los comicios que se avecinan volverán a competir prácticamente los mismos de siempre. Que ya no surgió el gran líder o caudillo que, a la manera de un David Bukele, le diera un puntapié a la política. Cuando la principal preocupación de los chilenos sigue siendo la inseguridad, continuar a merced del crimen organizado.

juanpablo.cardenas.s@gmail.com

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