La verdad sobre el “Manantial Silala”

Por André Jouffé

Joshia Harding jamás tuvo la intención de convertirlo en río sino  en manantial con fines endorreicos, para que se llevaran como desagüe materiales y elementos en desuso de la construcción del ferrocarril.

En el Museo de Antofagasta, con abundante presencia de carros y locomotoras de época, se palpita la fuerte presencia de Josiah Harding. Leemos en un panel: “Josiah Harding, ingeniero, natural de Nueva Zelanda, realizó sus estudios y supervisó los trabajos del Ferrocarril de Antofagasta al Salar del  Carmen y su posterior prolongación hacia el Salar Alto del Carmen y Salinas. Falleció a los 73 años en Vallegrande, Cochabamba, Bolivia. En 1914  se inauguró en Antofagasta el portal J. Harding en la esquina de las calles Latorre y Bolívar que fue demolido en la década del 60. El plano que se muestra al público es de J. Harding hecho en 1872 y muestra  el trazado del inicio de paso de la línea en dirección al Salar del Carmen”. En 1877 el propio Harding publicó un artículo en la prestigiosa revista “Journal of the Royal Geographical Society”, que incluye un mapa del desierto boliviano  con la ubicación de los depósitos de nitrato. La publicación chilena señala que en 1872 la Compañía del Salitre contaba entre sus empleados al ingeniero neozelandés Josiah Harding, que ejecutó las obras del primer ferrocarril que unió a Antofagasta con la pampa y luego  la cordillera. 

Podría considerarse ésta, como la historia oficial en una época con la  inexistencia de google y de redes sociales. La exactitud era propiedad de los relojeros.                                                                                                     

Josiah, nació en Auckland, el 25 de julio de 1846 y fallece en Bolivia, según unas fuentes en agosto de 1919, sin precisar día. The Poverty Bay Herald del 29 de marzo de 1919, establece que la muerte lo sorprende camino a Santa Cruz el 12 de marzo de 1919. Otras fuentes señalan su deceso en el mismo año y a la misma edad, luego de breve, pero penosa enfermedad, en Valparaíso.

 Se presume que viajó a Chile en 1866.

El periódico “El Ferrocarril de Arica”, en sus ediciones correspondientes al 30 de agosto y 3 de septiembre de  1908 y La República de Santiago, 3 de junio 1908, publican: “Contratado para construir el ferrocarril de Chañaral para servir a toda la región minera, llegó en viaje de Liverpool en 1870. Esta fue su primera obra de ingeniería en Chile dándole un largo de 80 kilómetros. Enseguida, construyo el de Carrizalillo a Las Bombas de 10 kilómetros.”. Dijo Harding a la prensa local: “En 1870 nos dieron la idea de construir un ferrocarril al Salar del Carmen y con ese objeto mandaron al ingeniero señor Barrie quien informó desfavorablemente. Yo fui primero a Antofagasta en 1871 en octubre y en abril del año siguiente volví con los instrumentos necesarios para un estudio en regla y me puse inmediatamente a trabajar, El primer informe fue enviado el 10 de junio de ese año y en esa época se descubren las pampas de Salinas y se formó la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta (territorio  boliviano entonces). El 7 de febrero se tendió el primer riel, concluyéndose el 1 de diciembre del mismo año. Hubo paralizaciones de trabajos por falta de durmientes; en 1875 se decidió extender el trazado hasta Salinas, Carmen Alto. Posteriormente hubo 300 kilómetros más hacia el interior de Bolivia construidos por Josiah  que incluyeron el segundo viaducto más alto del mundo hasta ese momento, 3048 metros sobre el nivel del mar, 102 metros sobre las aguas de altura. De esta manera dio trabajo a más de cuatro mil personas.

El Supremo Gobierno  le encarga la parte final del ferrocarril de Arica a La Paz, de 125 kilómetros. Harding con sus propias manos martilló el primer clavó en la collera de rieles. Camino a La Paz puso estaca tras estaca por donde debía pasar el tren a la capital boliviana. Escribe el autor José Manuel Reyes, que “si algún odio quedó marcado entre chilenos y bolivianos, los hilos (rieles) de acero acostados sobre las durmientes, tendrían que extinguir ese rencor”. 

 

Efectos políticos

Con los años algunas de las iniciativas de Harding  fueron utilizadas con fines políticos en el eterno conflicto entre Chile y Bolivia. El país altiplánico solo reclama su derecho de salida al mar, sino que Chile exige derecho sobre las aguas del Silala.

José Miguel Arcos aclara un punto que es vital:

Desde 1997, autoridades del gobierno y del ámbito privado boliviano vienen sosteniendo que el Silala no es un río, sino un manantial, situado en territorio boliviano, a poca distancia de la frontera con Chile. Sería un recurso endorreico. Agregan que el escurrimiento de aguas superficiales hacia Chile sólo se explicaría por las obras de canalización ejecutadas desde comienzos del siglo XX por la empresa privada del Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia, todo lo cual conllevaría a que empresas que las aprovechan y operan en el sector chileno de la zona – Codelco y el Ferrocarril de Antofagasta a La Paz- deben pagar a Bolivia por la utilización de las aguas del Silala. El gobierno y los organismos técnicos chilenos han sostenido que el Silala es un río internacional de curso sucesivo, cuyas aguas nacen en Bolivia y escurren naturalmente hacia Chile. 

Por nuestra parte explicamos lo de las áreas endorreicas: también localizadas en la sección septentrional de Chile, preferentemente entre la primera y segunda región. En este tipo territorios la característica fundamental es la permanencia del escurrimiento al interior de la cuenca, sin tener la posibilidad de llegar al mar. Se trata de escurrimientos esporádicos que en vez de salir de la cuenca, se almacenan en un receptáculo central, tal como un salar o una laguna. Ejemplos de hoyas relacionadas con esta condición son el lago Chungará y el salar de Atacama. Al contrario las áreas exorreicas están  asociadas con el tipo de drenaje más difundido en nuestro país, se presenta en gran parte del territorio nacional. En este caso, las cuencas reciben los aportes de las precipitaciones, evacuando las aguas hacia el mar. Existen muchos ejemplos de cuencas asociadas con estas condiciones, como el río Loa, el río Maipo, el río Maule, y el río Palena. Harding utilizó el Silala con fines endorreicos, para que se llevaran como desagüe materiales y elementos en desuso-no existían leyes anticontaminantes en aquella época-, en ningún momento imaginó que más de un siglo después, iba a generar una controversia que integra un capitulo formal de parte de reclamos chilenos y bolivianos ante Cortes de Justicia Internacionales, como La Haya.                                                                                     El diario La Razón, de Bolivia en una artículo de Antonio Bazoberry, señala en su edición del 18 de mayo del 2001: “El dibujo delimitando las fronteras en 1904, fue un invento de Josiah Harding después de analizar más de 150 mapas de Bolivia antes de 1879, cuando el departamento del Litoral en la costa del Pacifico era de Bolivia y los mapas de Chile a partir de 1904”.

Bazoberry sugiere “vender agua al norte chileno siempre y cuando se arregle el pago adeudado por los comercializadores de aguas bolivianas cuyo monto alcanza a los 900 millones de dólares por la venta ilegal de este elemento a Chile entre 1908 hasta el 2000. En la actualidad la Cancillería chilena y sus cónsules en Bolivia están utilizando la forma distorsionada y capciosa las palabras “aguas del Silala” como si se tratara de aguas de un rio. Asimismo dicen “vertiente o manantial del Silala”, insinuando que existe una sola vertiente donde discurre el agua en forma natural y que pasa por la gravedad a territorio chileno Quien inventó el nombre de rio Silala, fue el gerente de la empresa “The Antofagasta (Chile)& Bolivia Railway”, Josiah Harding a fin de justificar un nuevo trazo de un canal recolector de las aguas bolivianas para comercializar con el nuevo territorio chileno. El caso Silala tiene 94 bocatomas por donde en forma artificial escurre agua de los manantiales bolivianos a Chile

Finalmente se alude a un mapa de las riquezas de salitre del desierto de Atacama (Bolivia) publicado en 1877 por el ingeniero inglés Josiah Harding londinense en la revista oficial de la Real Sociedad Geográfica de Inglaterra: Mapa de las riquezas de salitre del desierto de Atacama (Bolivia) y Mapa Región de Antofagasta. 

Y este famoso mapa tendría nefastas consecuencia a corto plazo: La guerra del Pacífico, pues despertó apetitos insospechados.

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